La niebla crea situaciones de conducción peligrosas. Reduce la visibilidad, dificulta la identificación de riesgos y el cálculo de las distancias. Esta condición meteorológica poco habitual puede crear ilusiones ópticas. Los conductores pueden calcular mal su propia velocidad o tener dificultades para saber si otros coches están en marcha.
La niebla es una formación de nubes próxima a la superficie de la tierra. Es común cerca de lagos y de la costa por la mañana o por la noche, aunque puede formarse en otros momentos y lugares. Consulta la previsión del tiempo antes de conducir.
Si es posible, no conduzcas si hay niebla. La niebla densa o ligera es una causa importante de accidentes, incluidas las colisiones múltiples. Si no puedes evitar conducir con niebla, a continuación te damos algunos consejos para garantizar una conducción segura.