Las averías han sido una parte frustrante, pero inevitable, de la conducción desde que los coches pisaron la carretera. Hace un siglo, los problemas con los neumáticos eran un problema común que los conductores tenían que solucionar por sí mismos. Pero a medida que la tecnología ha ido mejorando, los neumáticos se han hecho más resistentes, haciendo la conducción más segura y agradable. En un futuro próximo, la innovación podría mejorar aún más las cosas, pudiendo incluso prevenir los problemas antes de que se produzcan.
No importa dónde, cuándo o cómo: una avería nunca es una buena noticia. Sin embargo, hoy en día, un servicio de reparación o un taller rara vez están lejos para ayudar. Pero no siempre ha sido así. En los primeros tiempos del automovilismo, los conductores a menudo tenían que confiar en sus propias habilidades mecánicas para volver a la carretera. Si eso no funcionaba, podían llamar a otro automovilista o, si tenían suerte, obtener ayuda de un taller local. Al no haber grúas, la recuperación podía depender literalmente de los caballos.
Los pinchazos eran una de las formas más comunes de avería. Normalmente, el firme de las carreteras era malo y los neumáticos no eran ni de lejos tan resistentes como los actuales. La capacidad de arreglar un pinchazo era casi un requisito indispensable para los conductores de principios del siglo XX. Y no hacía falta mucho: un agujero de menos de 5 mm de diámetro podía provocar fácilmente una rápida pérdida de presión en los neumáticos.
Durante más de un siglo, Continental se ha dedicado a hacer la conducción más segura, fácil y agradable. Después de todo, no solo somos un fabricante de neumáticos, sino un proveedor de servicios de movilidad. Durante las primeras décadas del automovilismo, proporcionábamos a nuestros clientes valiosos materiales de reparación de pinchazos y textos con instrucciones sobre la mejor manera de mantener los neumáticos.
Las fábricas y talleres de Continental también reparaban los neumáticos de los conductores cuando sufrían una avería. Nuestro objetivo era hacer que el automovilismo fuese lo más accesible posible.
A lo largo de los años, hemos desarrollado numerosas soluciones innovadoras para minimizar los pinchazos. En 1928, por ejemplo, lanzamos al mercado unas plantillas de caucho para proteger de los daños causados por los clavos. Tres años más tarde, presentamos una placa de caucho autovulcanizante para neumáticos de motos.En los años 80, el nuevo Sistema de Neumáticos Continental representó un paso verdaderamente revolucionario. Por primera vez, el neumático ya no se apoyaba en las superficies exteriores de la llanta, sino que se agarraba a ella desde el exterior. Esto supuso una serie de ventajas, como la mejora de la calidad de la conducción y una mejor manejabilidad en mojado. Pero lo más importante es que el coche podía circular incluso con un neumático pinchado.
Lamentablemente, la producción se limitó en aquellos momentos debido a los elevados costes. Pero la innovadora creación supuso un gran impulso para la imagen de Continental y fue una valiosa base para seguir innovando en el siglo XXI.
La idea que desarrollamos en la década de 1980 se encuentra ahora en nuestros neumáticos runflat SSR. Y 80 es realmente un número mágico: un flanco reforzado permite a los conductores viajar 80 kilómetros hasta 80 km/h con un pinchazo. Además, al no tener que llevar una rueda de repuesto, se liberan 80 litros de capacidad en el maletero.
¿No utilizas neumáticos runflat? No hay problema. ContiSeal ies una capa de sellado, pegajosa y viscosa, que sella instantáneamente el 80 % de los pinchazos. La tecnología mantiene el aire en el interior y, por tanto, el neumático permanece inflado, sin afectar a la conducción del coche en circunstancias normales.
La tecnología de mantenimiento preventivo está demostrando ser cada vez más valiosa para mitigar los problemas de los vehículos antes de que se conviertan en algo serio. Y los neumáticos no son una excepción. Aproximadamente, el 40 % de las averías repentinas de las ruedas se deben a neumáticos poco inflados. Nuestro Sistema de Control de la Presión de los Neumáticos (TPMS) en sus siglas en inglés) avisa a los conductores en cuanto baja la presión para que puedan restaurarla lo antes posible y seguir conduciendo con seguridad.
La próxima generación de sensores de neumáticos hará mucho más que controlar la presión. Continental está trabajando actualmente en sistemas que también registrarán temperaturas anormales, detectarán cambios en la profundidad de la banda de rodadura e incluso se repararán por sí solos mientras se conduce.
Continental C.A.R.E. son las siglas en inglés de Conectado, Autónomo, Fiable y Electrificado. Los sensores comunican de forma inalámbrica información vital sobre cada neumático al sistema operativo principal del vehículo y al conductor. Las bombas centrífugas integradas añaden aire automáticamente si es necesario, optimizando la presión para cada situación de conducción y suministrando recargas vitales si se pierde aire.
En última instancia, los sensores de neumáticos, cada vez más inteligentes, aportan una serie de ventajas, como la reducción de los costes de reparación y mantenimiento, la máxima eficiencia de combustible y una conducción más segura y confortable. Puede que las averías no sean todavía cosa del pasado, pero estamos dando un paso vital en la dirección correcta.